Es simple, muy simple. Al comprar en Madagascar o en otros países en desarrollo, pague ciertos productos o servicios al precio equivalente al de su país de origen.

Por ejemplo, una comida local en Madagascar puede costar entre 10.000 y 20.000 MGA (2 a 4 €), mientras que en Francia la misma comida costaría fácilmente 20 €. Al pagar esta diferencia, colocas el sobrante en un sobre y se lo entregas al comerciante. Este gesto directo apoya la economía local y genera un impacto inmediato sobre el terreno.

Opcional: Puedes escribir en el sobre las palabras “Les enveloppes de Jean Laborde”, para que comerciantes y destinatarios puedan hacer la conexión con la iniciativa. Esto ayuda a reforzar el impacto de la acción y crear una conexión entre el gesto y el movimiento general. Sin embargo, también es perfectamente aceptable entregar un sobre en blanco, sin ninguna mención.

Pero cuidado, no se trata de dar limosna. Esto no es caridad.

No estás regalando nada, estás comprando un producto o servicio a un precio justo, un precio equivalente al que se practica en un país económicamente sano.

Con este gesto no se trata de “compensar” una debilidad del mercado local, sino de respetar un principio de equidad: se paga lo que vale el producto o servicio en un entorno económico más estable.

Es fundamental entender que al hacer esto se está realizando un intercambio justo, donde cada uno recibe el valor justo de su trabajo. No es un gesto de generosidad, sino un acto de solidaridad activa. Apoyas la economía local permitiendo a los comerciantes mantenerse en condiciones más dignas, al tiempo que valoras su trabajo en su verdadero valor.